A menudo escuchamos la expresión Viaje Astral,
y nuestra mente se llena de impactantes imágenes oníricas, con
alegorías a extraños vuelos, lugares, criaturas desconocidas o
experiencias extrañas. Es la magia de unas palabras que han quedado
ancladas en nuestro subconsciente gracias a la divulgación del fenómeno
por parte de ciertos investigadores, quienes por fortuna se han empeñado
en hacernos saber que los seres humanos tenemos un potencial mayor del
que creíamos.
Dichas experiencias oníricas – al menos yo las incluyo en ese grupo -, son llamadas también Proyecciones Astrales,
y se producen cuando el cuerpo astral se separa del físico sin ser
preciso que ni nuestro cuerpo emocional ni nuestro cuerpo mental
intervengan. A veces sucede de una forma espontánea, es decir, a
través de los sueños, y en otras ocasiones somos nosotros mismos quienes
los originamos a voluntad, aunque todo sea dicho de paso, tras un
largo y exhaustivo aprendizaje. Realizar viajes astrales a voluntad no
es nada fácil, como más de un curioso habrá podido comprobar.
En
base a estudios científicos se sabe que las experiencias
extracorporales, aparte de ser inducidas deliberadamente y con una
disciplina férrea por determinadas personas, pueden ser producidas
por traumas cerebrales, por privación sensorial, experiencias cercanas a
la muerte, drogas disociativas y psicodélicos, deshidratación, o por
estimulación eléctrica del cerebro. Por supuesto, a todo lo anterior
habría que añadirle el momento del sueño, en el que siempre se produce
una experiencia de esta índole, aunque existan diferentes modalidades.
Los
Viajes o Proyecciones Astrales son tremendamente importantes a pesar de
que no se les conceda excesiva importancia en nuestro día a día. La
mayoría de las veces se producen cuando dormimos, por lo que resulta
indudable que todos experimentamos viajes astrales, aunque sea de manera inconsciente, porque todos los seres humanos soñamos, lo recordemos o no. Nuestra mente trabaja a muy bajas frecuencias cuando dormimos, y eso propicia que podamos realizar dicha proyección o viaje.
Un gran sector del público opina que los viajes astrales son peligrosos, pero lo cierto es que no se corre ningún peligro de que nos podamos perder en el astral, pues nuestro cuerpo físico está unido a nuestro cuerpo astral mediante un cordón o hilo llamado CORDÓN DE PLATA, que es el que nos mantiene bien sujetos para que no nos extraviemos. Dicho
cordón puede tener un grosor variable entre 5 y 1 cm., siempre
dependiendo de la distancia a la que se encuentre nuestro cuerpo físico
de nuestro cuerpo astral. Este cordón es elástico y flexible,
por lo que se puede extender a voluntad hasta donde viajemos; sin
embargo, a la hora de la vuelta, con sólo pensarlo, nos hace retornar
hasta nuestro cuerpo físico de manera automática y sin ningún tipo de
problema.
Los
viajes astrales pueden ser conscientes, es decir, provocados por
nosotros mismos, o generados de una manera espontánea en nuestro sueño o
descanso nocturno.
Son experiencias que acostumbran a darse en lugares distintos a los que
conocemos y en situaciones que nos resultan extrañas o desconocidas.
Podemos visitar lugares a los que nunca hemos viajado, o encontrarnos
con personas o entidades que no conocemos. Incluso podemos experimentar
sensaciones que en nuestro plano físico son imposibles.
Tras
muchas investigaciones de campo para hablar con personas que han
realizado este tipo de proyecciones de manera voluntaria, y que han
accedido a contarlas y describirlas, se ha sabido que en estos viajes a lo desconocido nos podemos encontrar con diferentes entidades. ¡No sólo nosotros íbamos a poblar el Plano Astral! Dentro de los contactos que son factibles porque se han producido con viajeros astrales, están los Vampiros energéticos,
que son seres del bajo astral que se cruzan en nuestro camino si
bajamos muchos las vibraciones (esto puede ocurrir si nos dormimos con
un estado de ánimo muy bajo o depresivo, o si inducimos el viaje cuando
no tenemos unas condiciones emocionales óptimas). También están los Guías ciegos, que no son otros que nuestros seres queridos ya fallecidos, o bien otro tipo de seres diferentes, pues la variedad de entidades que pueden aparecer en nuestro periplo astral es enorme.
Para
todo aquel curioso que desee iniciarse en este arte onírico, voy a
dejar una serie de sencillas pautas para realizar un viaje astral
inducido, aunque apele al sentido común del que se ponga a esta singular
tarea. La prudencia, la paciencia y la práctica son muy necesarias,
pues no se consiguen resultados óptimos antes de 2 meses. No obstante,
las sensaciones una vez logrado son tan fantásticas, que repetir una vez
tras otra puede llegar a convertirse en un placer.
CONSEJOS:
- Es muy importante que nos mantengamos lúcidos en el sueño. A veces, podemos estar fuera del cuerpo sólo con un 20 % de lucidez, y no somos conscientes del todo de la experiencia que estamos viviendo.
- Es posible que ya en la fase de ensoñación salgamos del cuerpo, así que hay que estar alerta en ese sentido para no perder la oportunidad.
- Se puede realizar en el momento en que nos vayamos a descansar, sea la hora que sea.
TÉCNICA RECOMENDADA:
- Nos tumbamos cómodamente en un lugar tranquilo y a oscuras, o en semi-penumbra.
- Relajamos el cuerpo haciendo unas respiraciones profundas.
- Acto seguido, iremos cerrando los ojos, pero sin llegar a concentrarnos en el negro o en la oscuridad.
- Es preciso que nos esforcemos en observar los diferentes colores y formas que divagan por nuestro campo de visión a pesar de tener los ojos cerrados.
- Hay que observar esas formas u objetos que van apareciendo. Pueden ser rostros, objetos, lugares.... No nos importe si en ocasiones son cosas surrealistas.
- Nos centraremos en esos objetos o imágenes, pero sin fijar los detalles. Hay que dejar que vayan cambiando.
- Estos, poco a poco, se irán volviendo más nítidos y empezarán a tener colores y adquirir realismo. Cada vez los iremos viendo más claros y nítidos.
- En ese momento, todo comenzará a vibrar repentinamente, y nuestro cuerpo empezará a moverse de manera extraña. Es importante que no nos alteremos ni asustemos ante esta situación.
- Acto seguido, y si el silencio es absoluto, nuestros oídos comenzarán a generar un pitido continuado que, transcurridos unos minutos, irá variando y comenzando a ondularse.
- Es entonces cuando nuestro cuerpo comenzará a vibrar, y podremos acceder ya al plano astral.
Confío en que estos pequeños consejos os sirvan para iniciaros en este fascinante mundo. Si tenéis más curiosidad por el tema y deseáis ampliarlo, podéis escuchar al respecto mi intervención el programa LADRONES DE SUEÑOS, donde hablé de este fenómeno onírico. Os dejo el enlace donde aparece el podcast del programa.
http://www.maytedelsol.com/viajes-astrales-ladrones-suenos/
¡Feliz viaje!