sábado, 30 de septiembre de 2023

SUSURROS DEL MÁS ALLÁ - Vídeo

 


Hace unos días grabé un nuevo vídeo hablando de este interesante fenómeno, sobre todo para las personas que se siente atraídas por estos temas. Ya sabéis que de estos temas es de los que más hablo en mi web, porque yo también alguna que otra vez experiencias personales que me gusta compartir con vosotros.

 

Los susurros del más allá son algo que sucede con más frecuencia de la que pensamos, pero es preciso que seamos conscientes de cuándo y cómo nos están llegando. De esa manera, sabremos detectar lo que encierran y por qué se están produciendo.

 

De eso y mucho más os hablo en este vídeo, el cual os invito a que veáis. Y si os parece interesante, os agradeceré que le deis ME GUSTA.

Gracias, como siempre, por seguirme también en mi canal de Youtube. Un cordial saludo a todos los que os acercáis por este blog.

 



 

 

viernes, 29 de septiembre de 2023

EL PODER DE LOS AMARRES - Vídeo

 


Os dejo con un nuevo vídeo, donde explico el poder de los amarres, los diferentes tipos que existen y unas pautas generales de cómo se realizan. También hablo de los peligros que este tipo de trabajos mágicos conllevan, y cuál es mi opinión al respecto.

 

Espero que os resulte interesante. Un cordial saludo a todos.



 


miércoles, 27 de septiembre de 2023

LOS MISTERIOS DE LA OUIJA - Vídeo

 


Os traigo en esta ocasión un nuevo vídeo basado en la Ouija, su historia y misterios, y una serie de consejos si queréis realizar una sesión.

 

No debéis tener miedo en absoluto, pero sí mucho respeto. La Ouija no es un juego, como ya escribí en su momento en este blog. De ahí que os recomiendo que veáis el vídeo, y en base a ello y si así lo deseáis, os reunáis un grupo de personas y lo pongáis en práctica.

 

Aquí os dejo el enlace:

https://www.youtube.com/watch?v=peklz34gc9k 

 

 



lunes, 25 de septiembre de 2023

¡FELIZ MABÓN! ¡FELIZ EQUINOCCIO DE OTOÑO!

 

 

Llegamos al momento del año en que los días tienen la misma duración que las noches. Esto es algo que ocurre en todas las regiones del planeta, excepto en los polos. Sucede así porque el Sol y nuestro planeta se encuentran a la misma distancia en estas fechas, y de ahí que se produzca dicho fenómeno, que tiene su paralelismo en el equinoccio de primavera, el cual celebramos en torno al 21 de Marzo.

 

Debido a que este momento concreto en la naturaleza y el firmamento siempre ha sido muy importante para la supervivencia de nuestra especie, son muchísimos los pueblos de la antigüedad que ya le dedicaban ritos y festejos ancestrales. En torno a estas fechas se celebraba la última cosecha del año, y por eso tenía un simbolismo especial, pues se sabía que pasaría mucho tiempo hasta que se pudiese recolectar nuevamente alimento proveniente de la tierra.

 

Por todo ello, estos son unos días de agradecimiento a los dioses antes todas las bendiciones recibidas. También se agradece a la madre Tierra el habernos alimentado y dado un hogar durante un tiempo más. Es momento de compartir lo recibido, y de observar lo que nos dice la naturaleza mientras suelta sus hojas moribundas poco a poco, en espera de renovar su vida.  Con ello nos recuerda que para volver a nacer hay que morir antes.

 

Este es un tiempo idóneo para arrojar y tirar todo lo que nos estorba, analizando aquello de lo que queremos deshacernos para que no nos impida mejorar. En mi caso, además de lo anterior, suelo caminar por los bosques y lugares salvajes recolectando plantas, semillas y vainas secas para utilizarlas después en los rituales que realizo con hierbas.

 

Es algo bello y que me permite conectar con la naturaleza de una manera asombrosa. Os animo a que lo hagáis, y a que de esta forma continuéis con una bella tradición que los antiguos pueblos ya realizaban en honor al cambio de ciclo de este maravilloso planeta que habitamos.

 

¡Feliz Mabón!

 

sábado, 23 de septiembre de 2023

MABON Y EL EQUINOCCIO DE OTOÑO

 


Mabon es el segundo festival de la cosecha, y se celebra cada año cuando llega el equinoccio de otoño, alrededor del 21 de Septiembre (en el hemisferio Sur se produce, más o menos, el 21 de marzo). Para aquellos que seguimos la Rueda del Año, Septiembre marca el final del año mágico, un momento para comprobar nuestro propia cosecha, tanto real como espiritual. ¿Cuál era nuestro objetivo para este año? ¿Lo conseguimos? ¿Nos sentimos felices por haberlo logrado?

 

Una vez más, vemos la luz y la oscuridad en equilibrio. El día y la noche tienen la misma duración antes de comenzar el descenso a los tiempos oscuros del invierno. A partir de esta fecha, los días se irán acortando y las noches se harán más largas. De ahí el motivo de este festival de la cosecha, para dar las gracias a la Diosa y el Dios – o a la Madre Tierra - por darnos sustento suficiente para poder alimentarnos durante todo el invierno. Recordemos que para los antiguos paganos, una buena cosecha a menudo suponía la diferencia entre la vida y la muerte, y aunque hoy sea menos probable que esto suceda, ello no implica que esta estación del año sea menos importante.

 

En Septiembre, el flujo y reflujo del mundo natural se palpan a nuestro alrededor. Las hojas caen, los campos se cosechan y se ponen en barbecho durante los meses de invierno, y los días se hacen cada vez más cortos y fríos. Pero también hay magia en la estación: abundancia de verduras frescas, lo cual no sucedía en verano, aire frío refrescando nuestro espíritu, y hojas cambiantes que brillan ardientes como si quisieran atrapar el último y más valioso rayo de sol.

 

La fruta es considerada como prueba del amor de la Tierra por el hombre y, por supuesto, también es tiempo de buen vino y licores. En la Antigüedad, los druidas honraban al Hombre Verde (el dios del bosque), ofreciendo libaciones a los árboles. Ofrendas de sidras, vinos y licores de hierbas, todo es válido en esta época del año, en la que los paganos celebran que la Diosa pasa de madre a anciana (Crone), siendo su consorte, el Dios, quien la prepara para la muerte y el renacimiento.

 

Si lo miramos desde un prisma más racional y actual, estas religiones paganas no hacen otra cosa que dar culto y venerar a la naturaleza, la Gran Madre Tierra, sin la cual no existiríamos los seres humanos. Lo reconozcamos o no, todavía hoy seguimos dependiendo absolutamente de ella para poder subsistir en este planeta. Por eso, estas antiguas creencias se parapetaban bajo ancestrales tradiciones que, a menudo, hoy día se menosprecian, pero que no hacen mas que recordarnos a dónde pertenecemos y cuál es nuestro hábitat y sustento.

 

Como todo en el universo es cíclico, la Rueda debe girar, por lo que es preciso aceptar la muerte (en este caso y simbólicamente, la muerte de las hojas de los árboles y de las flores) para el posterior renacimiento y regeneración. La naturaleza es sabia, y todo lo que en ella se mueve se rige por sus pautas. En esta época, las ardillas y otros animales comienzan a almacenar sus alimentos mientras se preparan para la hibernación, pero también los humanos nos vemos afectados por trastornos fisiológicos debido a la escasez de luz.

 

El trastorno afectivo estacional o depresión es común en esta época del año para muchas personas. Tal vez sea porque nuestros cuerpos anuncian la necesidad primaria de hibernar también, lo cual a menudo no hacemos. Aunque la vida moderna nos haya solucionado el problema de la falta de luz natural supliéndola con la luz artificial, en realidad tenemos menos luz solar, y este es un hecho que nos afecta a nivel fisiológico.

 

El Agua es el elemento de esta época del año y, posiblemente, uno de los más difíciles de trabajar, pues representa las emociones, la muerte y el renacimiento, el poder de los sueños y la intuición. Por eso, si se utiliza con sabiduría, esta época puede ayudarnos a desterrar los viejos hábitos, alejándonos de cualquier influencia negativa en nuestra vida. Aunque resulte difícil de llevar a cabo, se puede conseguir. Una buena forma de atraer esta especie de ayuda es pasar algún tiempo cerca del agua, ya sea junto a un lago, río o, si tenemos esa suerte, junto al mar. Contemplar y tratar de sentir sus mensajes puede ser realmente mágico y beneficioso.

 

Esta es una época en la que se suele unir la familia, dando gracias por la abundancia de la tierra (y quizá recordándonos la celebración norteamericana del "Día de Acción de Gracias"). Es momento de terminar viejos asuntos, largo tiempo dejados de lado, de limpiar a fondo la casa para mantenerla a salvo de los rápidos vientos de otoño, que llegan junto con el olor a las próximas heladas... También es posible que deseemos echar un vistazo a los objetivos que hemos logrado, o tal vez que busquemos nuevas metas para el nuevo año que comienza en Samhain. Hay que irse preparando para un período de descanso, relajación y reflexión. Ha llegado la hora de buscar en nuestro interior.
 

Al celebrar la fiesta de la Madre Tierra, también podemos traer a los dioses de la Luna, como Thoth, del antiguo Egipto, quien era conocido como el Último Mago y Señor de las Palabras Santas, y ayudaba con el aprendizaje de la magia, los hechizos y la adivinación. Otros dioses pueden ser Ealadha, del irlandés/celta, y Mani, de los panteones nórdicos. Por supuesto, no debemos olvidar al propio Mabon, el "Gran Hijo", dios galés a partir del cual se da nombre al equinoccio.

Mabon es considerado como el momento de los misterios, y el más adecuado para honrar a las deidades del envejecimiento y el mundo del espíritu. Se considera un tiempo de equilibrio, ya que es cuando nos detenemos a relajarnos y disfrutar de los frutos de nuestras cosechas personales, sean del tipo que sean.

 


MABON  - EL 2º FESTIVAL DE LA COSECHA

OTROS NOMBRES: Equinoccio de Otoño. La cosecha
principal. Mea'n Fo'mhair (Druida). 
El Segundo Festival de la cosecha. La cosecha del vino. 
Fiesta de Avalon. Alben Elfed (Caledonii)
COLORES: Rojo, marrón, naranja y amarillo.
ANIMALES: Oso, búho.
PIEDRAS Y CRISTALES: zafiro, lapislázuli y ágatas
amarillas. Si se desea trabajar con el elemento Agua, 
son aconsejables las conchas, el coral y las piedras de 
cornalina.
PLANETA REGENTE:  Mercurio.
INCIENSOS: mirra, salvia y pino.
ALIMENTOS: Pan, maíz, alubias o frijoles, calabazas, 
manzanas, raíces como las zanahorias, las cebollas y 
las patatas. Sidra, aguamiel o vino, que pueden ser 
sustituidos por zumos o tes.
FRUTOS DE LA COSECHA: Hierbas de diversos tipos. 
Avellanas, maíz, bellotas, tallos del trigo, piñas de pinos. 
Las hojas secas, como vides. Semillas secas. Uvas, 
manzanas, peras, ciruelas, moras. Frutos secos y 
calabazas.
ARTÍCULOS PARA EL ALTAR: gavillas de trigo, hojas
secas. Velas en marrón, naranja, oro o rojo. 
DECORACIÓN: bellotas, granadas, piñas, cestas de 
hojas caídas y gavillas de trigo o de maíz. Los cuernos 
de la abundancia.
OTROS ELEMENTOS O PRÁCTICAS: recoger las 
últimas hierbas antes de que lleguen las heladas. 
Colocar sigilos de protección en algunas hojas que 
utilizaremos para la protección alrededor de la casa 
(las piedras de río y arroyo que hayan sido recogidas
durante el verano pueden ahora tener esa facultad 
o poder). Celebrar al aire libre si se puede, ofrendas
de comida y bebida a la Tierra.
DIOSAS: Modron, Morgan, Epona, Perséfone, 
Pomona y las Musas. 
DIOSES: Mabon, Thoth, Thor, Hermes y  
El Hombre Verde. 

 

 

 

Fuentes: Llewelyn 's 2015 Witche's Calendar

https://mabinogion.info/

 

 

sábado, 16 de septiembre de 2023

SAMHAIN, LA FIESTA DE LOS DIFUNTOS

 

En varias ocasiones he escrito respecto a esta festividad que se aproxima, y que es de gran importancia para el ser humano, sea o no creyente de alguna corriente religiosa. Incluso si no lo es de ninguna. Digo esto porque hay muchas personas que pasan por alto un momento del año que ya desde la Época del Bronce se tenía muy en cuenta. Desde nuestro pasado más ancestral se ha venido recordando a nuestros difuntos y tratando de entablar una comunicación entre mundos en la noche del 31 de Octubre.

 

La Noche de Difuntos, Samhain, Samaín, Halloween, Noche de las Ánimas, Noche de Almas... llamemosla como queramos, es un momento de nuestro ciclo vital en que la religión, y por ende, los ritos funerarios, aparecen como respuesta o necesidad del hombre ante un hecho consustancial a la vida como es la propia muerte, es decir, la desaparición física del ser querido, aunque su permanencia sea eterna en el recuerdo.

 

En la tradición clásica ya existía una concepción especial para el inframundo. Por ejemplo, en la Antigua Roma se celebraba una fiesta muy concreta para recordar a los difuntos. Era la Parentalia (el 13 de febrero), y estaba destinada a honrar a los familiares fallecidos. La llegada de los romanos y del cristianismo consiguió que muchas de las antiguas tradiciones celtas acabasen desapareciendo, dando paso así a otras festividades de carácter religioso, como el Día de Todos los Santos.

Sin embargo, hay que tener en cuenta que el auténtico origen de esta festividad se remonta a más de 3000 años. Aunque se suele asociar con Irlanda, esta tradición se extendió por otros muchos territorios, erigiéndose como la más importante de la Europa pagana.

 

Remontándonos a sus orígenes primigenios, no existe una fecha fija para esta celebración. Se cree que se extendía durante una semana, en torno a los días 6 y 7 de noviembre, es decir, a mitad del equinoccio de otoño y el solsticio de invierno.

Originariamente, la "Fiesta de los Muertos" se celebraba en los territorios célticos, dejando para los “muertos curiosos”, comida como ofrenda en los altares o en la entrada de la puerta de casa. Simples velas eran encendidas y dejadas en las ventanas para ayudar a guiar a los espíritus de antecesores y de los seres queridos a su hogar. Se ponían más sillas en las mesas y alrededor de las chimeneas para los invitados invisibles, y también se colocaban manzanas en las aceras y en los caminos para los espíritus perdidos o que no tenían descendientes.

 

Con la llegada del cristianismo, la fecha pasó a celebrarse el 13 de mayo, que fue considerado como el Día de Todos los Santos. Fue el Papa Gregorio III quien, en el año 741, cambió ambas festividades al 1 de noviembre. Con el siguiente Papa, Gregorio IV, la fiesta, ya celebrada de manera universal, empezó a celebrarse en la vigilia del día 31 de octubre. De ahí que se acuñara la denominación inglesa de «All Hallow’s Eve», que se traduce como «Vigilia de Todos los Santos» hasta que, finalmente con el tiempo, pasó a conocerse como Halloween.

 

¿Qué sucede realmente en la noche del 31 de Octubre?

El 31 de octubre no es cosa de las películas de Hollywood y las tierras anglosajonas. Lo que popularmente conocemos como "Halloween" viene de una ancestral tradición celta, una noche para despedir el buen tiempo, honrar a los antepasados y mantener alejados a los malos espíritus. La auténtica palabra gaélica “Samhain” (pronunciada sowin), originaria de esta festividad, literalmente significa “fin del verano”. Por eso, los celtas conmemoraban el cambio de estación de verano a invierno y el comienzo de un nuevo ciclo, de un nuevo año.

 

Durante unas horas, el mundo de los vivos y el de lo muertos se interconectan, y la frontera que separa a ambos mundos se resquebraja y vuelve muy delgada, facilitando que los espíritus puedan campar a sus anchas por nuestro mundo. Esas puertas del más allá se abren para que los difuntos visiten el plano que han dejado al morir.

 

Los celtas realizaban diversos ritos sagrados en los que intentaban comunicarse con los difuntos, homenajeando a los que eran benévolos, y tratando de alejar a los que querían hacerles daño. Se servían de máscaras escalofriantes y fuego para ahuyentar a los malos espíritus, de donde se piensa que pudo venir la actual tradición de disfrazarse. A los buenos, por su parte, les dedicaban banquetes y ofrendas.

 

Por eso, existe la costumbre de realizar rituales que espanten a los malos espíritus. Dar luz a los muertos para que encuentren su camino hacia el más allá, rendir culto a los ancestros, despedir el verano y agradecer por las cosechas son los motivos que confluyen en esta fecha para conmemorarla. Antiguamente, la costumbre era dejar comida y dulces fuera de sus casas a manera de ofrenda. Por otro lado, también era común encender velas para ayudar a las almas de los muertos a encontrar el camino hacia la luz y un justo descanso junto al dios Lugh. Y como no, se hacían los rituales que antes mencionaba.

 

Estos tenían un carácter purificador para despedir el año. De ahí que hasta nuestra época haya llegado esa tradición de realizarlos, no sólo rindiendo culto a los que ya no están, sino también para festejar ese momento de la naturaleza en que se produce el final de la cosecha de tubérculos y hortalizas, como por ejemplo la calabaza. Ese es el motivo de que sea una de las principales protagonistas de estas fechas del año.

 

¿Cuándo se celebra Samhain?

Samhain se celebra justamente la noche del 31 de octubre. Este día, no en balde, es considerado como el Año Nuevo Celta. Coincide con el final del verano y la llegada de la estación otoñal, considerada por ellos como la estación oscura. Puesto que es una fecha apreciada como final de un año y comienzo de otro, se piensa en ella como una fiesta de transición en la cual la puerta al otro mundo permanece abierta.

 

Es un momento mágico en el que los mundos se tocan. Es hora de recordar a los ancestros y rendir tributo a los antepasados que han fallecido. En este momento del año nos liberamos de las debilidades. Es también un tiempo propicio para la adivinación, ya que se abre el portal hacia el mundo de los muertos.

 

Por eso, es una época idónea para saber qué nos espera en el año venidero, y para utilizar las mancias adivinatorias como el tarot, la bola de cristal, el péndulo o diferentes oráculos. Esto sucede porque se dan un cúmulo de circunstancias, como cambios de temperatura, ciclos de la naturaleza, oscilaciones del ocaso y del alba, propiciando todo ello una mayor visión o intuición de lo que realmente sucede entre planos.

 

Samhain no es y nunca ha sido malvado o negativo. Es un tiempo para reafirmar nuestra creencia en la unidad de todos los espíritus (almas de vivos y muertos), y nuestra resolución firme de que la muerte no es el final de nuestra existencia.