sábado, 26 de agosto de 2017

ASPECTOS FILOSÓFICOS DE LOS ARCANOS MAYORES EN EL TAROT


En una lectura de tarot siempre se busca, en sí, un significado adivinatorio y un significado evolutivo. Hay muchas personas que, dependiendo del interés que tienen en ese momento, le dan exclusivamente una vertiente adivinatoria, pero no debemos olvidar que el tarot no sólo fue creado para eso, sino como un espejo o reflejo de nuestras virtudes y defectos como seres humanos, y como una ayuda para nuestra evolución personal en el tránsito por esta vida. Por eso, los aspectos filosóficos de los arcanos mayores en el tarot son importantes.


Por ello, es preciso hacer referencia a que cada arcano engloba una serie de conocimientos que forman una unidad, un todo. De ahí que sea necesario conocer los distintos matices de cada carta, para aplicarlos después en las diferentes cuestiones que plantean las lecturas, o que nosotros andamos tratando de descubrir. De este modo, cada arcano engloba un gran número de conocimientos imprescindibles de pasar por alto.

Considero preciso recalcar que los Arcanos Mayores son comprendidos como las grandes verdades o lecciones de vida, y los Menores, como las pequeñas verdades. De ahí que tengamos que identificar y separar su significado cuando los encontremos en una lectura. Las grandes verdades representan a nuestros deseos más elevados, pero también a los más inferiores, ya que no sólo hablan de la verdad y la vida, sino también de la mentira y la muerte.

Los aspectos filosóficos que englobaría cada Arcano Mayor son los siguientes:


EL LOCO (0): la inconsciencia e incomprensión. La libertad e inseguridad. Todo es nuevo.

EL MAGO (I): la buena acción a cambio de nada. La inocencia y el empuje para el inicio de nuevas tareas.

LA SUMA SACERDOTISA (II): la cruda realidad, el aprendizaje. La inactividad producida por la meditación.

LA EMPERATRIZ (III): la afabilidad y la alegría. La eclosión y la naturaleza en estado latente. Maternidad y consecución de objetivos a base de esfuerzos.

EL EMPERADOR (IV): la lucha por ser el mejor. El orgullo del Yo. La familia. El Padre.

EL SUMO SACERDOTE (V): la enseñanza, el estudio, la reflexión. La vocación.

LOS ENAMORADOS (VI): la atracción y adoración, el ídolo. El amor. La obsesión que nos consume. La duda y el dilema.

EL CARRO (VII): la búsqueda de cosas nuevas. La libertad conquistada. El éxito. Nuevos horizontes.

LA FUERZA (VIII): la lealtad a una causa o persona. La fuerza para salir adelante. La pérdida del miedo a la soledad. La valentía.

EL ERMITAÑO (IX): el aislamiento. La soledad para pensar. La reflexión y el conocimiento.

LA RUEDA DE FORTUNA (X): lo que tenemos a favor y en contra. Los cambios constantes de la vida. Los altibajos de la existencia. La suerte.

LA JUSTICIA (XI): el equilibrio. La elección de lo adecuado. Decir SI y decir NO.

EL COLGADO (XII): estancamiento, sacrificio voluntario. La lucha para averigüar el porqué de las cosas.

LA MUERTE (XIII): el misterio. El cambio hacia lo nuevo, lo distinto. Un borrón y cuenta nueva en la vida. El final de una etapa.

LA TEMPLANZA (XIV): el equilibrio y la mesura. Las fuerzas equilibradas. Sensatez. Corresponder a quien nos ama.

EL DIABLO (XV): el Ego. La tentación que empuja diciéndonos lo que deseamos escuchar. El peligro de un paso en falso.

LA TORRE (XVI): la caída. El derrumbre y fracaso. El odio repentino al descubrir la verdad. La pérdida de los valores anteriores.

LA ESTRELLA (XVII): la ilusión y esperanza. La verdad sobre todas las cosas. Las fuerzas astrales benéficas. Un buen camino hacia la obtención de lo deseado.

LA LUNA (XVIII): la inseguridad eterna. La oscuridad. Engaños y dudas. El lado conflictivo de las cosas.

EL SOL (XIX): las ganas de vivir. Se consigue la felicidad. Luz y vida. La obtención del placer.

EL JUICIO (XX): la claridad de ideas frente al mundo. Lograr imponer nuestras convicciones propias. Sacar a la luz lo recóndito. Un renacimiento.

EL MUNDO (XXI): la verdad interna que no se puede expresar. La realización y el éxito. Lo interno del YO que nadie conoce.

Estos que aquí indico son los significados raíz que ayudan a la comprensión global de lo que representa cada arcano. Es interesante que los apliquéis en vuestra lectura, si deseáis obtener una visión completa de ella.





lunes, 7 de agosto de 2017

LOS COLORES DEL TAROT


Seguramente os haya ocurrido en alguna ocasión, cuando estáis haciendo una lectura de tarot, que un color concreto aparezca de forma predominante en los arcanos que os van saliendo. Por supuesto, siempre depende de la baraja que estamos utilizando, pero la repetición de uno o varios colores en una serie de arcanos nos envía un mensaje que no debemos pasar por alto.

Por poner un ejemplo, resulta curioso encontrarse el color amarillo, especialmente en su tonalidad oscura, cuando preguntamos por temas de vivienda o de trabajo, es decir, temas relacionados con lo material. Como en este blog utilizo el Tarot Rider Waite como elemento fundamental, si os fijáis, este es un color que corresponde, en general, a los palos de oros y bastos.

Debido a que la uniformidad de color es algo que he ido detectando con el paso del tiempo, hoy os traigo una pequeña tabla donde podéis encontrar los colores más generales y sus interpretaciones, tanto positivas como negativas. Por supuesto, hay muchos más, así como diferentes tonalidades en cada gama, pero aquí me ciño al Rider Waite. No obstante, aunque se utilice otro tipo de mazo, en general está bastante extendida esta curiosa característica.

Os animo a que lo comprobéis por vosotros mismos, y descubráis esos coloridos mensajes encriptados que portan también los naipes del tarot.



 
COLOR
 
LECTURA
POSITIVA
LECTURA
NEGATIVA
 
VIOLETA
 
Lo impersonal. La sabiduría. El misticismo y lo oculto. Los influjos espirituales.
Sacrificio. Muerte. Entrega y renuncia. Abandono ante fuerzas más poderosas.
 
BLANCO
 
Pureza. Éxtasis. Inmortalidad. Inocencia. Luz.
Frío mortal. Egoísmo. Estrechez de miras.
 
AZUL
CLARO
Receptividad a las fuerzas celestes. Angelismo. Energías universales.
Apego al padre. Inmovilismo. Miedo a la creación. Incapacidad de decisión.
 
AZUL
OSCURO
Receptividad a las fuerzas terrestres. Relativo a lo material. Apertura de miras.
Despotismo. Tiranía. Severidad y rigidez.
 
AMARILLO CLARO
Clarividencia. Consciencia. El triunfo de la inteligencia activa.
Sequía. Crueldad. Espíritu seco y sin emoción.
 
AMARILLO OSCURO
Conciencia. Inteligencia receptiva. Fluidez de conocimientos.
Locura. Destrucción. Caos. Ruina y auto-sabotaje.
 
ROJO
 
Reino animal. Actividad. Laboriosidad. Entusiasmo y entrega.
Violencia. Ira. Agresividad. El resultado de los conflictos.
 
VERDE
 
Naturaleza. Reino vegetal. La Madre Tierra nos ayuda. Creatividad.
Apego a la madre. Envidia. Absorción. Tiranía y dominio negativo.
 
NEGRO
 
Trabajo de las profundidades. Austeridad.
Caos. Regresión. Pulsión de muerte. Soledad. Aislamiento.
 
 
 
 



jueves, 3 de agosto de 2017

A QUIÉN LEERLE EL TAROT





 Reconozco que el oráculo del Tarot engancha a muchas de las personas que se acercan a él. Resultan tan fascinantes sus misterios y aciertos, que casi todas sucumben ante su extraordinario poder. Sin embargo, es importante tener presente que en muchas ocasiones debemos saber poner límites a la hora de realizarle una lectura a alguien. Hay veces que la disposición de una persona que se nos presenta en la consulta no es la adecuada para escuchar lo que las cartas le quieren decir, y entonces es preciso reconducirla con psicología para que se vuelva más receptiva. En según qué momentos incluso esto no es posible, y debemos emplazarla para que vuelva otro día. Ante todo, lo que impera es que la persona se quede satisfecha – al fin y al cabo, ella es la que paga, y por tanto la que manda -, y que asuma las orientaciones que el tarot le da.


Personalmente rechazo realizar ninguna lectura a niños menores de doce años. Sé que hay tarotistas de renombre que lo hacen, y no seré yo quien ponga en tela de juicio su criterio ni sus intereses crematísticos. Hoy día la crisis económica está golpeando a casi todo el mundo, y el ser humano es débil (unos más que otros) y tiene sus necesidades. No obstante, considero que los niños menores de la edad que indico no están lo suficientemente maduros, ni disponen de raciocinio suficiente para asimilar lo que las palabras de un cartomante puedan decirle, a pesar de que lo haga con la mayor benignidad posible.


Por mi consulta han pasado personas muy jóvenes y otras que no lo eran tanto, y he tenido también a clientes con una edad bastante provecta, lo que me induce a pensar que, a pesar de las canas que peinemos, todo ser humano tiene sus dudas y sus necesidades de ser orientado y guiado. Tampoco he encontrado distinciones entre ambos sexos; mis agendas están repletas de consultas realizadas a hombres de todas las edades, a pesar de que la tendencia generalizada marque que el sexo femenino e el más inclinado a este tipo de mancias y oráculos.


En cuanto a lo que a mí respecta, no me gusta echarme a menudo las cartas. Hay tarotistas que nunca lo hacen, y otros que, por el contrario, suelen realizarse consultas ante cualquier circunstancia que les inquieta. A mí no me funciona. Siempre creo estar condicionándolas con mis propios pensamientos, por lo que entiendo que desvirtúo su mensaje y no soy objetiva. Está claro que es difícil serlo con uno mismo, porque a menudo tendemos a interpretar las cartas como a nosotros nos gustaría que fuese su consejo, en lugar de como es en realidad. Eso genera muchas confusiones y al final me nubla la intuición y la videncia. Por eso nunca suelo realizarlo.


Para concluir diré que el Tarot es útil para todo aquel que se acerque con humildad y con ganas de aprender, pero siempre hay unos límites que los tarotistas no deberíamos sobrepasar si queremos dotar a nuestra lectura de una coherencia y buen hacer en nuestra profesión.