jueves, 23 de abril de 2015

UN SUEÑO PREMONITORIO


Hace pocos días he vivido una situación que, aunque no es la primera vez que me ocurre, en esta ocasión, aparte de sorpresa me ha dejado un desagradable sabor de boca. Muchos pensarán que puede ser una premonición; tal vez lo sea, pero debido a las características del sueño, entiendo que pudo existir simplemente una conexión espacio-temporal con esa persona (a la cual no conozco personalmente), que me permitió visualizar lo que le iba a ocurrir tan sólo unas horas después. Aclaro esto porque porque considero que tal vez los sueños premonitorios deben tener una cierta antelación de días o semanas, aunque en este caso fue de escasas horas.


En mi sueño, el pasado miércoles por la noche, me encontraba en un hospital esperando a que me atendiesen para curarme de un corte fortuito que me había hecho en una pierna tras un accidente doméstico. De la herida brotaba abundante sangre, por lo que el asunto requería una cura inmediata de urgencias. En dicho hospital los medios eran algo escasos y precarios, y había una inminente falta de personal para atender debidamente a los pacientes (¡cosa nada extraña en nuestro país en estos tiempos que corren!).

Yo protestaba porque tardaban en atenderme, dado que conforme avanzaban los minutos manaba más sangre de mi herida. Una enfermera algo inexperta e insegura se acercaba para tratar de ayudarme, pero lo hacía con escasa pericia, por lo que mi irritación iba en aumento. Yo sabía de antemano que mi herida no era grave si se desinfectaba y curaba bien lo antes posible; de ahí que la urgiese para que actuara debidamente. Mientras observaba las inexpertas manos de la muchacha tratando de solventar el asunto de la mejor manera posible, escuchaba a alguien decirle a otra mujer (a la cual yo no veía, pero sí intuía) que su dolencia se debía a que tenía un cáncer. Yo no acertaba a verles la cara a los que llevaban esa conversación, pero sí resonaba en mis oídos el diagnóstico, y en mi fuero interno me lamentaba de la noticia que le estaban dando a aquella mujer, que sollozaba amargamente.

El sueño terminó abruptamente ahí, y me desperté de golpe y con desasosiego. Estaba amaneciendo, por lo que deduje que lo que había soñado tenía cierta relevancia. Es precisamente al amanecer cuando se producen la mayoría de sueños premonitorios, o bien cuando acceden a nuestro estado onírico seres de otros planos para darnos cualquier tipo de noticia. Al menos, es cuando a mí me suele suceder.

Lo relevante es que esa misma mañana, transcurridas escasas horas del sueño que acabo de relatar, un cliente al que llamaré Ramón para preservar su intimidad, me telefoneó desesperado pidiéndome una consulta. En aquel momento yo no le podía atender por estar con otra clienta, así que le dije que en una hora podríamos hablar. Al escucharlo tan agitado y nervioso, le pregunté preocupada qué era lo que ocurría, a lo cual él me respondió: “A mi madre le acaban de comunicar que tiene un cáncer. Como podéis suponer, me quedé unos segundos sin saber qué contestar, primero por la dureza de la noticia, y segundo porque a mi mente acudió de inmediato el sueño que tuve pocas horas antes.

Nada más despedirlo, y conforme regresaba a mi consulta con la otra persona, pensé en el significado de mi sueño de esa misma noche. ¿Había sido una premonición? ¿Me adelanté en el espacio-tiempo? ¿Me prepararon para poder consolar a su hijo horas después?

Siempre me surgen un montón de preguntas cuando tengo experiencias de este tipo, porque mi mente trata de entender de una manera racional lo que la ciencia todavía está intentando explicar. Confío en que, sea cuando sea, lo logren.


 
 
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario