miércoles, 28 de noviembre de 2018

PAMELA COLMAN SMITH, la artista del Tarot RIDER WAITE



Soy una fan del Tarot Rider Waite, y por eso siempre me han fascinado todas sus versiones, así como la vida de sus autores. Sí, autores, porque el creador fue Arthur Edward Waite, pero la artista que lo materializó fue Pamela Colman Smith, injustamente obviada a menudo en la historia y comentarios acerca de este magnífico mazo de tarot. Por eso hoy me permito hacerle un pequeño homenaje contando lo que fue su vida, y la aportación que realizó para que hoy millones de personas en el mundo podamos manejar unos bellos cartones que tantos mensajes transmiten.

Para muchas personas, este mazo fue la primera introducción al tarot, el portal que nos abrió una serie de magníficos misterios que cada día nos deparan nuevas sorpresas. Por eso, siempre ha sido y continúa siendo el más vendido de todos los tiempos. Sin embargo, si le preguntas a alguna de las personas que lo utiliza el nombre de la artista que hay detrás de su imaginería icónica y simbólica, son muy pocas las que saben responder.

Esto es obvio, pues habitualmente no se la suele nombrar, pero esta baraja de tarot fue dibujada y pintada por la artista estadounidense Pamela Colman Smith, una acuariana de gran talento nacida el 16 de Febrero de 1878 y fallecida el 18 de Septiembre de 1951. Apodada por su amigos “Pixie”, fue la creadora de las 78 ilustraciones clásicas utilizadas en el Tarot Rider-Waite. Sin embargo, su nombre ni siquiera aparece en la caja en la cual se venden. Lamentablemente, para la gente no fue mas que una artista contratada para realizar un “trabajo concreto”.

Cuando Arthur Waite contactó con ella y le propuso la fantástica idea, poco sabía Pamela que en ese momento se disponía a dar vida, fuerza e inspiración a una obra que hoy, más de 60 años después de su muerte, sigue siendo la más vendida y popular en todo el mundo.

Ambos se conocían por pertenecer a uno de los grupos de pensamiento más influyentes del siglo XX: La Golden Dawn o Amanecer Dorado, y fue en 1909 cuando Waite le encargó a Smith que, por un precio simbólico, realizase una serie de pinturas alegóricas del tarot. Bajo su direccion, y en base a las místicas y filosóficas ideas de este grupo antes mencionado, Pamela creó los dibujos distintivos que han llegado a conocerse como el diseño básico para la mayoría de mazos posteriores de tarot. Con ellas consiguió una alegoría cercana, sencilla y fresca, y sobre todo alejada del ocultismo, algo que Waite deseaba por encima de todo.

La "Clave Pictórica del Tarot", como fue denominada la obra, fue publicada en 1909 por Guillermo & Son de Londres, y acompañada de dibujos en blanco y negro de Pamela. El texto correspondía a Waite, quien dejó patente su duda acerca de los orígenes egipcios y místicos del tarot, situando la creación de la primera baraja en el siglo XVI. Tanto el libro como el mazo de cartas del tarot fueron publicados por la editorial Rider, por lo que se le conoce desde su primera edición como el Tarot Rider Waite.

Ya en 1971, el US Games compró el derecho de publicar la cubierta, haciéndolo con el nombre de "El Tarot Rider Waite" debido a las leyes de derechos de autor. Todas las ediciones posteriores se han desarrollado con ese nombre, aunque algunos estudiosos del tarot prefieren llamarlo "Tarot Waite-Smith" para reconocer la contribución de la artista.

En cuanto a Pamela, después de ilustrar la cubierta de este tarot pasó a participar en exposiciones de arte y a recibir críticas favorables. Sin embargo, las ventas de su trabajo eran lentas, y poco a poco se desilusionó y fue convirtiéndose en una solitaria. La evidencia se puede encontrar en un poema escrito por ella, "Alone", donde detalla su desesperación.



Nada más terminar la Primera Guerra Mundial, Smith recibió una pequeña herencia y arrendó una casa durante un tiempo en una colonia de artistas en la costa inglesa. Allí continuó escribiendo y dibujando, aunque la mayor parte de su trabajo no llegó a publicarlo. Al estallar la Segunda Guerra Mundial, y sufriendo ya un grave deterioro tanto físico como financiero, se mudó a Cornwall donde finalmente falleció en 1951, sin dinero y envuelta en una gran oscuridad. 

Pamela nunca se casó, por lo que no tenía herederos salvo la anciana que compartía su piso en Cornwall. Cuando murió, todas sus pertenencias fueron subastadas para pagar sus deudas. Sin embargo, aparte de las primeras exposiciones pictóricas que realizó y que tuvieron un éxito moderado, gran parte de su obra artística ha desaparecido. Si no fuera por su trabajo ilustrando los arcanos del Tarot Rider Waite, Pamela Colman Smith sería casi olvidada. 

Con más de seis millones de barajas impresas, y un sinnúmero de otras barajas de tarot basadas en sus diseños originales, Smith continúa ofreciendo esperanza e inspiración a aquellos que utilizan este oráculo para enriquecer su vida diaria

 Ella pudo estar sola durante su vida, pero no nos dejó huérfanos a los amantes del tarot. 



sábado, 24 de noviembre de 2018

EL MÚLTIPLE SIGNIFICADO DE LOS ARCANOS



Últimamente he estado pensando acerca del doble (en ocasiones triple y hasta cuádruple) significado de algunos arcanos en las lecturas de tarot que realizamos. Con esto no me refiero al hecho de que todas las cartas tengas diversas facetas en su significado, cosa absolutamente cierta. A lo que me refiero es a que un arcano puede hacer referencia, en un momento determinado y en una lectura concreta, no solamente a un aspecto sino a varios.

Trataré de explicarme con un ejemplo práctico de una lectura que realicé hace pocos días. En ella preguntaba sobre la relación familiar entre dos personas, y en la tirada apareció la Reina de Bastos mal acompañada (ya sabéis que yo no leo las cartas invertidas. Es por eso que le doy el significado de invertida cuando aparece mal posicionada o acompañada de arcanos negativos en la tirada).

En ese momento sentí que la Reina de Bastos me hablaba de diversas cosas. Por un lado, me pareció que revelaba a la primera de las dos personas en cuestión como alguien que no se sentía realizado y que no era feliz, y además hasta veía a esa persona un tanto manipuladora, aunque de forma involuntaria por su parte.

Sin embargo, por otro lado creí detectar un fuerte sentimiento de impotencia experimentado por la segunda persona por la que preguntaba. Dicha persona apareció señalada con otra carta en la lectura, pero además la Reina de Bastos también me hacía alusión a la forma de ser de esta segunda persona. Por eso deduje que, en lugar de que este arcano representase a una de las dos personas en concreto, lo que estaba haciendo era señalarme varias facetas de ambas.




Reflexionando sobre el asunto pienso que esto suele ocurrir a menudo, pero sólo en aquellas lecturas donde no utilizamos tiradas de tarot ya prestablecidas o concretas. Sin tener unas posiciones concretas para los arcanos, que nos determinen un buen o mal significado, la imaginación puede volar libremente y existe una mayor flexibilidad para la interpretación. Es en ese momento cuando se produce la alquimia del tarot, cuando se funden significados, combinaciones y relaciones entre los diferentes arcanos, y también cuando más atentos debemos estar para captar el mensaje correcto.

Al hilo de lo anterior me viene a la mente la idea de estar atentos para captar correctamente las “señales” del Universo. Personalmente creo que las cosas más pequeñas pueden ser tan significativas o simbólicas como las grandes, y siempre se producen en nuestra vida cuando pueden servir como catalizadores para la mejora personal, la introspección e incluso para confirmarnos la sensación de que hay algo en el Cosmos que es poderoso, hermoso y misterioso.

Por eso mismo creo que estas señales del Universo quedan también recogidas en el tarot, ya que éste es también una parte de él. De ahí el maravilloso misterio que encierran los arcanos, pues basándome en esta idea, en la lectura que antes os explicaba la Reina de Bastos representó diferentes aspectos de las dos personas en la consulta mencionada. Si yo no hubiese estado atenta a las señales que emanaban las cartas en esas posiciones concretas, no hubiera captado lo que el tarot pretendía decirme.

Es cierto que en ocasiones puede resultar difícil comprender sus mensajes. Por ello, debemos sentarnos ante una lectura de cartas con la mejor de las disposiciones y las “antenas” bien abiertas. A partir de ahí, la magia se puede producir en cualquier momento.

Esa es la belleza del Tarot.






martes, 20 de noviembre de 2018

MIEDO A REALIZARLE UNA CONSULTA AL TAROT




Es muy probable que alguna vez te hayas planteado la cuestión de que te realicen una lectura de tarot o te echen las cartas, pero finalmente has tenido miedo. Hay muchas personas a las que la idea de poder obtener del tarot datos de su vida les parece fascinante, pero sin embargo, otras consideran este hecho aterrador e intimidante. Si tú eres una de las segundas, es el momento de que le plantes cara a tus miedos y los superes.

Lo primero que debes pensar es que el Tarot es una fabulosa herramienta con la que podemos trabajar para evolucionar y desarrollarnos tanto a nivel personal como espiritual. Pero además, también se puede utilizar como oráculo predictivo, y en ese caso se convierte en un medio para recibir mensajes. Por mucho que la gente lo quiera malinterpretar, esto no tiene nada de malo, dañino ni perjudicial. Simplemente es un método para traer información, eso sí, siempre que se emplee de forma honesta e íntegra. De ahí que sea muy importante saber en manos de qué personas o “profesionales” te pones, y también lo que debes esperar de ellos/as. Me remito en este punto a un artículo que ya escribí a este respecto: 


Es importante saber que el tarot nos facilita un tipo de pronóstico o augurio si lo sabemos emplear, y especialmente leer bien, pero hay que tener en cuenta que lo hace siempre en base a las líneas generales que seguimos en nuestra forma de actuar día a día. Me explicaré.

Imaginemos que una persona acude a un/a tarotista para consultarle acerca de un tema concreto. Esta es una de las actitudes más comunes en la mayoría de personas que solicitan una lectura de cartas. Pues bien, en base a la forma en que esa persona en cuestión se esté comportando en su vida cotidiana, cómo esté actuando o qué esté sintiendo o pensando respecto al tema concreto por el que pregunta, la respuesta del tarot se encaminará en esa dirección. Es decir, resultará imposible que el tarot le diga a una chica joven que no está estudiando nada para sus exámenes de la universidad, que a pesar de su actitud y nulo esfuerzo aprobará con la máxima nota todas las pruebas. Sería absurdo ¿no? Si ella no estudia, lo habitual es que las cartas que aparezcan hablen de que no va a superar las pruebas a las que se presente, a no ser que suceda un milagro, cosa algo improbable. 

Lo mismo sucede con las personas que acuden a preguntarnos temas o cuestiones sentimentales. Pueden estar siendo víctimas de infidelidades, de falsos amores, de relaciones que llegan a su fin... pero aunque se nieguen a ver la realidad y deseen que el tarot les diga que esas infidelidades o problemas son meras imaginaciones suyas, éste no lo va a hacer. Simplemente les dirá la verdad por dura que pueda ser, o les indicará qué errores están cometiendo dichas personas y de qué forma pueden encarrilar su relación, si ello es factible.

¿Qué quiero decir con esto? Pues algo tan simple como que resulta imposible que las cartas nos hablen de fantasías o falacias. El tarot es algo serio y honesto, que saca a la luz lo que la energía universal nos quiere transmitir a través de los arquetipos que encierra este fabuloso oráculo.

Ya sé que la siguiente pregunta que te harás es ¿y si la información que me transmite es algo terrible que no deseo oír? ¿y si es algo muy negativo? Este el mayor temor para la mayoría de personas cuando se enfrentan a una lectura de tarot, pero has de pensar que el miedo proviene del temor que tienes a que algo horrible aparezca en las cartas – una enfermedad fatal, la muerte de un ser querido, un divorcio o ruptura de algún tipo... -. En ese caso piensas que te verás sumido/a en una situación terrible de la que serás incapaz de escapar. Pero una lectura de cartas es mucho más completa que eso. En situaciones como las que he descrito, el tarot también nos da la vía de salida, la forma de afrontar el hecho y cómo debemos comportarnos para continuar con nuestra vida.


En resumen, el tarot no sólo pronostica o predice; también orienta en todo los sentidos, te ayuda a caminar y te acompaña en esa senda dándote siempre el consejo más acertado para tu situación y tu persona. Por eso, no le tengas miedo jamás. Él puede pasar a convertirse en tu aliado, tu baza, tu muleta para desenvolverte en la vida

¡Atrévete a descubrirlo!


 

domingo, 18 de noviembre de 2018

LO QUE NUNCA SE DEBE PREGUNTAR AL TAROT




Cuando nos sentamos ante nuestra mesa de trabajo dispuestos a realizar una consulta de tarot para una persona que nos lo solicita, surgen una serie de preguntas internas que, bajo mi punto de vista, son temas tabúes para los tarotistas. Por no haberse respetado y tenido cuidado con estos asuntos, en ocasiones se han dado malos consejos que luego han acarreado a esa persona problemas más grandes todavía.
Por eso, voy a comentar varios asuntos a considerar.

 
1.- NO ES ACONSEJABLE CONSULTAR SOBRE LA DURACIÓN DE LA VIDA O MUERTE DE ALGUIEN.

El propio enunciado del asunto ya lo dice todo por sí mismo, pero no obstante me explicaré con más detalle pues, obviamente, este es un tema bastante delicado. En ocasiones, algunas personas tienen mucha tendencia a este tipo de preguntas cuando les estás leyendo las cartas, y no es que pregunten por su vida en concreto, sino que lo hacen por la vida de otras personas o seres queridos. En medio de la consulta es muy habitual escuchar la fatídica pregunta del ¿le queda mucho? O bien ¿voy a morirme pronto?.
 
Bajo mi punto de vista, jamás deberíamos preguntarle a las cartas del tarot estos asuntos. Considero que no es aconsejable, dado que la respuesta de las cartas podría marcarnos de forma negativa, o influir en nuestra psique y equilibrio. Hay personas más centradas y fuertes que podrían soportar una respuesta dura, pero otras pueden ser más débiles psicológicamente, y esto es peligroso por lo que puede acarrear. Si nos vemos en la tesitura de tener que contestar algo de esta índole, ha de hacerse de la manera más delicada posible, pues las cartas SIEMPRE nos van a responder la verdad, y lo harán con la cruda realidad que la situación requiera. En ocasiones puede ser dolorosa, y de ahí que personalmente aconseje que no se pregunten estos temas a las cartas o que se den respuestas ciertamente evasivas.

 
2.- CUESTIONES DE SALUD

Otro tema estrella y por el que muchas personas sienten especial debilidad. Es lógico que si alguien sufre problemas de salud, cuando consulta a un tarotista por otros asuntos, también se incline a hacerlo por éste. Al fin y al cabo su preocupación es grande y desea un poco de esperanza o de consuelo. En según qué circunstancias puede ocurrir que no pregunte por su salud, sino por la de otra persona, sea por el motivo que sea (creedme, hay de todo en este mundo).

Considero, y creo que es la visión de muchos de mis colegas, que este tema hay que dejarlo para los expertos en medicina, o sea, los médicos. Los tarotistas no lo somos, y por tanto no tenemos conocimiento sobre las enfermedades, sus diagnósticos y mucho menos su curación. Este es un tema muy peligroso, y que en ocasiones se aborda con una ligereza excesiva por parte del tarotista.

Como sabéis, es posible intuir la trayectoria de una enfermedad según los arcanos que nos aparecen en la tirada, y también detectar si habrá una mejoría o empeoramiento de la salud, pero emitir un diagnóstico sólo corresponde a los médicos, y en este caso a ellos debemos encomendar a nuestros clientes. Por supuesto, nuestra videncia o intuición nos puede decir bastantes cosas, pero nuestro raciocionio y lógica tienen que estar finos y acertados para saber qué es lo que se le puede decir o no al consultante.

Existen determinadas cartas que nos hablan de las diferentes partes del cuerpo, en concreto los 22 arcanos mayores y el palo de Espadas en los arcanos menores. Con ellos podemos obtener cierta orientación de la zona más delicada o propensa a enfermarse de la persona por la que se pregunta, y esto sí se le puede advertir a manera de consejo o de forma preventiva. Sin embargo, nunca debemos utilizar dicha información como un elemento diagnóstico o para ofrecerle al cliente un tratamiento. Esto es algo que sólo deben hacer los especialistas en medicina, sea del tipo que sea, alopática o alternativa.

 
3.- LO QUE VA A SUCEDER EN ESE MISMO DÍA O AL DÍA SIGUIENTE

¡Cuidado con esta piel de plátano! Es muy pero que muy frecuente la típica pregunta de: ¿veré hoy a mi novio? O alguna otra como ¿qué pasará mañana, le hablaré o no?

A veces, las consultas son difíciles en sí por lo complicado o embrollado de la situación del cliente, y su desesperación le lleva a realizar este tipo de preguntas. Mi respuesta siempre es un poco ambigua, pues el tarot tampoco es una herramienta absolutamente eficaz para darte un pronóstico inmediato. Hay que darle cierto margen de tiempo para que el vaticinio se cumpla, y preguntar sobre fechas excesivamente exactas y cercanas tiene mucha propensión a errores.

 
4.- CONSEJOS DETERMINANTES SOBRE CÓMO DEBE ACTUAR EL CONSULTANTE

Muchas veces nos consulta una persona muy desorientada y que no sabe qué debe hacer en su vida, la forma como debe actuar en una cuestión concreta. En ocasiones depositan tanta fe en nosotros, que nos piden un simple consejo para seguirlo como si se tratase de la Biblia. En momentos difíciles y donde la decisión es fundamental para cambiar una situación en la vida, las cartas pueden servirnos como guía, pero nunca deben tomar decisiones por nosotros, ni mucho menos hacer que se las digamos a la otra persona como dogmas de fe.

La última palabra siempre debe ser del consultante, por lo que el tarotista no debe inmiscuirse en dicha decisión. Los profesionales no debemos manipular la mente de nuestro cliente para que adopte una u otra actitud, en primer lugar porque él tiene su libre albedrío, y en segundo porque nada nos va en ello. Debemos limitarnos exclusivamente a asesorar sobre cual o cuáles serán las situaciones más cercanas, y que el cliente sea quien decida, nunca nosotros.




viernes, 16 de noviembre de 2018

El Cordón de Plata - LADRONES DE SUEÑOS



Como vengo haciendo desde hace varias temporadas, un mes más intervine en mi sección "En clave de Sol", en el programa radiofónico LADRONES DE SUEÑOS, dirigido por Javier Mercado en Onda Sur Motril (Granada - España).

En esta ocasión, hablé del famoso Cordón de Plata, de qué esta formado, las múltiples experiencias de aquellos que lo han visto, y contesté también a las preguntas que me realizaron algunos oyentes. Resultó un tema muy ameno e interesante, y por eso os invito a que lo escuchéis si estáis interesados en este asunto que tanto debate ha suscitado siempre.

A continuación os dejo el podcast con el programa de ese día. Mi intervención es a partir del minuto 67.

Que lo disfrutéis.

 




martes, 13 de noviembre de 2018

LEERNOS LAS CARTAS A NOSOTROS MISMOS


o a nuestros seres más allegados.

Suele ser habitual que tengamos la tentación de echarnos las cartas a nosotros mismos. ¿Quién no lo ha hecho en alguna ocasión? Vamos aprendiendo los simbolismos, los significados, alguna que otra combinación y tirada, y decidimos lanzarnos a la piscina. Como comienzo es perfecto. De alguna manera tenemos que empezar a practicar, y esa es una forma de tantas.

El problema viene cuando, saliendo de las meras prácticas, nos atrevemos con asuntos que nos preocupan, en los que tenemos mucho invertido a cualquier nivel, o en los que alguien muy cercano, familiar o amigo, nos pide nuestro consejo. Como ya nos sentimos bastante “sueltos” para movernos con las diferentes interpretaciones de los arcanos, nos tienta la situación, y en ese momento entran en juego una serie de factores que hay que saber manejar bien.

Del mismo modo que un juez no puede juzgarse a sí mismo o a alguien con quien tiene algún tipo de vínculo, dado que por razones obvias hay que buscar una visión fría, imparcial y objetiva según la ley, con el tarot ocurre algo parecido. El tarot necesita de un buen profesional que lo conozca a fondo, pero que además tenga el menor vínculo posible con la persona a la que le está realizando la lectura. Cuanto menor sea ese vínculo, de mayor calidad y objetividad podrá ser la lectura. Con esto lo que quiero decir es que es muy importante ser imparcial a la hora de realizar una lectura de tarot.

Lo ideal es que no exista vínculo emocional o anímico con la persona a la que le leemos las cartas. Ya sabemos que con uno mismo es imposible, porque mayor implicación personal que tenemos con nosotros mismos no la va a tener nadie. Yo misma, cuando necesito una consulta privada y personal, sé que necesito que otro profesional me lo mire, y de hecho así lo hago, pues no me siento segura de si estoy siendo arbitraria o no conmigo misma. Considero que si no lo hago de esta forma, me estoy engañando a mí misma y carezco de objetividad.

El tarot no consiste sólamente en saber leer las cartas; es también una cuestión de intuición, y de percibir lo que los arcanos nos transmiten. Leerlo, interpretarlo, no es sólo algo racional, sino también algo emocional e intuitivo. Por eso, ahí es donde realmente se falla si se tiene una implicación con lo que se está consultando. Al existir dicha implicación, la intuición está 'adulterada', porque entra en juego el apartado emocional, y éste bloquea la capacidad de percepción que todo tarotista debe tener.

¿Quiere eso decir que no se puede realizar una consulta de tarot a un amigo? Por supuesto que podemos hacerla, pero si se realiza con afán de extraer un consejo determinante y exacto, corremos el peligro de equivocarnos y darle un mal consejo. Cuando la amistad es muy estrecha, entiendo que la lectura por muy buena voluntad que le podamos poner, va a quedar 'contaminada', dado que no podemos ser imparciales.

Por eso, las tarotistas que buscamos ser honestas, debemos saber que no podemos actuar de forma profesional cuando tenemos ese nexo emocional o una implicación grande con la persona que nos está consultando. Muchas veces, saber demasiado acerca de la vida de la otra persona es más un inconveniente que una ventaja.

 
Como conclusión diré que la neutralidad e imparcialidad son básicas para conseguir una buena lectura. Por muy buena intención que le pongamos, jamás conseguiremos una respuesta acertada si no obramos con esta máxima.

¡Hasta la próxima!
 
 



jueves, 8 de noviembre de 2018

CONVERSACIONES CON LOS ESPÍRITUS





Hace varias semanas, una amiga de Argentina me preguntó acerca de la posibilidad de poder conectar a través del tarot con su suegro, al cual nunca llegó a conocer en vida. Le contesté que si lo hacemos de una manera sincera y con sentimiento, sí podemos conectarnos con ellos. Si conectamos con las energías de la vida ¿por qué no vamos a poder hacerlo con las energías de aquellos que ya no están aquí con forma física? Al menos yo sí tengo esa posibilidad, eso sí, aunando no sólo mis conocimientos y conexión con el tarot, sino también una especie de sexto sentido que poseo desde niña (ya he dicho en otras ocasiones que no soy vidente, aunque sí sensitiva, especialmente con los difuntos).

Lo que hoy os quiero contar es la experiencia que tuve al contactar con el abuelo paterno de mi marido. Juan, su abuelo, falleció tras una larga enfermedad que poco a poco le mermó las fuerzas y deterioró su mente por completo. No es que este hombre fuese especialmente cariñoso con mi marido, y él siempre ha albergado en su interior la pena de no haberse podido despedir de su abuelo como hubiese querido. Yo no tuve la oportunidad de conocerlo personalmente, pues murió meses antes de que mi marido y yo nos conociésemos, y por eso, tener un contexto en el que interactuar con el difunto (en este caso, a través del tarot y mi capacidad sensitiva) fue una experiencia muy importante y especial para mí que he repetido posteriormente con otros espíritus o energías.

En la ocasión que aquí os cuento,decidimos viajar para pasar un fin de semana en la casa que el abuelo Juan compró en vida en un pueblecito cercano a donde vivíamos por aquel entonces, y que todavía sigue perteneciendo a la familia. Casual o causalmente, coincidió que esos días se celebraba el solsticio de verano o Noche de San Juan, por lo cual me llevé una vela y una serie de objetos para realizar un pequeño ritual esa noche y atraer la buena suerte. Es algo que realizo todos los solsticios de verano y que siempre me ha dado un resultado excelente.

Después de cenar, y mientras mi esposo veía un poco la programación televisiva, yo me senté en otra habitación con mis cartas del tarot y mentalmente llamé a su abuelo. Era como si sintiese esa necesidad, como si algo en mi interior me dijese que debía contactar con él. Fue muy curioso, porque nada más iniciar la sesión lo sentí inmediatamente a mi lado. Su manifestación fue casi instantánea. Con las cartas, fui haciéndole preguntas, para las cuales extraía tan sólo 3 arcanos mayores. Curiosamente, siempre salían respuestas muy coherentes. Además, la aparición de la Templanza y el Juicio era continúa (ya sabéis que esos dos arcanos nos hablan a menudo del angelismo y de las energías del Más Allá). A mí aquello me impresionaba, pero a la vez me atraía como un imán del que me resultaba imposible desprenderme.

Tras realizar bastantes preguntas, llegué a la conclusión de que el abuelo se encontraba bien en el lugar en el que estaba, pero que en aquellos momentos se había acercado hasta donde nosotros nos encontrábamos. Incluso tuve la sensación de que su espíritu vagaba a menudo por las dependencias de aquella casa. Además, intuí que sentía mucha bondad por su nieto. Bastante excitada por los resultados que estaba obteniendo, llamé a mi pareja, quien vino a la estancia donde yo me encontraba para unirse a mi sesión de tarot. Una vez metido en la situación, se impresionó mucho e incluso se le saltaron las lágrimas, pues comprobar que su abuelo estaba allí fue algo que no esperaba.

Con un 10 de Oros, el Juicio y la Templanza, el abuelo vino a transmitirnos que velaba mucho por toda la familia. Después le consulté qué opinaba de que mi marido no se hubiese despedido de él, y las cartas que me salieron fueron sorprendentes: 5 de Copas, Mago y Carro, como queriendo indicar que a pesar de su dolor, no tenía que preocuparse porque él estaba bien, y mi esposo debía seguir adelante con su vida. Después le pregunté qué sentía acerca de nosotros dos como pareja, y me salió un 2 de Copas, ciertamente un bello arcano, porque ambos nos queríamos y queremos mucho, y aún en los momentos más adversos, siempre nos mantenemos muy unidos. Lo curioso fue cuando quisimos cerrar la sesión de tarot, porque yo sentía que su espíritu no se quería marchar, y no hacían más que caérseme cartas del mazo una vez tras otra. Yo sentía algo extraño en la boca del estómago, pero no obstante cerré el mazo de tarot y lo guardé. Lo más impactante vino después.

Cuando llegó la hora de acostarnos, deposité una vela azul en la entrada de la habitación con un pequeño trozo de papel debajo y que contenía mi petición para aquella noche mágica de San Juan. Coloqué una hoja de hiedra debajo de nuestra almohada, y nos acostamos. No sé el tiempo que habría transcurrido cuando, de repente, noté algo en la puerta del dormitorio. Me incorporé, somnolienta, y vi a un anciano delgado y alto, vestido con una camisa de estrechas rayas y unos pantalones grises sujetos con tirantes. El anciano era prácticamente calvo, y nos observaba desde la puerta con una mirada pícara. Sorprendida, me terminé de incorporar en la cama y me restregué los ojos, pero la imagen o espíritu continuaba allí. Llamé a mi pareja en un susurro, empujándole un poco para que se despertase, pero él sólo gruñó ligeramente y continuó durmiendo. Cuando ya estaba bien despierta y mirando aquella imagen como si fuese un imán, el espíritu me guiñó un ojo y desapareció, esfumándose como por arte de magia.

Estuve así un rato, intentando asimilar quién era aquel anciano, aunque lo suponía. Al final me dormí, y a la mañana siguiente, cuando Carlos se despertó, le comenté lo que había ocurrido. Él pegó un bote en la cama, incorporándose y dirigiéndose a una vieja cómoda para abrir un cajón y extraer un montón de fotos. Sentado sobre la cama, empezó a clasificarlas, y al final me enseñó una con manos temblorosas. La fotografía era pequeña, pero en ella aparecía su abuela, y justo a su lado y pasándole un brazo por los hombros, un anciano ¡exactamente igual al que yo había visto esa noche! Asentí con la cabeza, y mi esposo exclamó: “Mi abuelo Juan”.

En efecto, tras la sesión nocturna de tarot, el abuelo quiso quedarse un rato más con nosotros para demostrarnos que seguía a nuestro lado. ¡Qué maneras más bellas tiene el universo de manifestar su poder infinito! Desde entonces, Carlos se convirtió en un ferviente creyente en la vida más allá de la muerte, y también sabe que aunque sus difuntos están “al otro lado”,  lo ven en todo momento y velan por él. Eso le ha dado mucha más fe para vivir, y a mí la felicidad de comprobar que soy capaz de realizar este tipo de viajes maravillosos y conversar con los espíritus de una manera sencilla y humilde a través de mis cartas de tarot y de mi capacidad sensitiva.