Es muy probable que alguna vez te hayas planteado la cuestión de que te realicen una lectura de tarot o te echen las cartas, pero finalmente has tenido miedo. Hay muchas personas a las que la idea de poder obtener del tarot datos de su vida les parece fascinante, pero sin embargo, otras consideran este hecho aterrador e intimidante. Si tú eres una de las segundas, es el momento de que le plantes cara a tus miedos y los superes.
Lo primero que debes pensar es que el Tarot es una fabulosa herramienta con la que podemos trabajar para evolucionar y desarrollarnos tanto a nivel personal como espiritual. Pero además, también se puede utilizar como oráculo predictivo, y en ese caso se convierte en un medio para recibir mensajes. Por mucho que la gente lo quiera malinterpretar, esto no tiene nada de malo, dañino ni perjudicial. Simplemente es un método para traer información, eso sí, siempre que se emplee de forma honesta e íntegra. De ahí que sea muy importante saber en manos de qué personas o “profesionales” te pones, y también lo que debes esperar de ellos/as. Me remito en este punto a un artículo que ya escribí a este respecto:
Es importante saber que el tarot nos facilita un tipo de pronóstico o augurio si lo sabemos emplear, y especialmente leer bien, pero hay que tener en cuenta que lo hace siempre en base a las líneas generales que seguimos en nuestra forma de actuar día a día. Me explicaré.
Imaginemos que una persona acude a un/a tarotista para consultarle acerca de un tema concreto. Esta es una de las actitudes más comunes en la mayoría de personas que solicitan una lectura de cartas. Pues bien, en base a la forma en que esa persona en cuestión se esté comportando en su vida cotidiana, cómo esté actuando o qué esté sintiendo o pensando respecto al tema concreto por el que pregunta, la respuesta del tarot se encaminará en esa dirección. Es decir, resultará imposible que el tarot le diga a una chica joven que no está estudiando nada para sus exámenes de la universidad, que a pesar de su actitud y nulo esfuerzo aprobará con la máxima nota todas las pruebas. Sería absurdo ¿no? Si ella no estudia, lo habitual es que las cartas que aparezcan hablen de que no va a superar las pruebas a las que se presente, a no ser que suceda un milagro, cosa algo improbable.
Lo mismo sucede con las personas que acuden a preguntarnos temas o cuestiones sentimentales. Pueden estar siendo víctimas de infidelidades, de falsos amores, de relaciones que llegan a su fin... pero aunque se nieguen a ver la realidad y deseen que el tarot les diga que esas infidelidades o problemas son meras imaginaciones suyas, éste no lo va a hacer. Simplemente les dirá la verdad por dura que pueda ser, o les indicará qué errores están cometiendo dichas personas y de qué forma pueden encarrilar su relación, si ello es factible.
¿Qué quiero decir con esto? Pues algo tan simple como que resulta imposible que las cartas nos hablen de fantasías o falacias. El tarot es algo serio y honesto, que saca a la luz lo que la energía universal nos quiere transmitir a través de los arquetipos que encierra este fabuloso oráculo.
Ya sé que la siguiente pregunta que te harás es ¿y si la información que me transmite es algo terrible que no deseo oír? ¿y si es algo muy negativo? Este el mayor temor para la mayoría de personas cuando se enfrentan a una lectura de tarot, pero has de pensar que el miedo proviene del temor que tienes a que algo horrible aparezca en las cartas – una enfermedad fatal, la muerte de un ser querido, un divorcio o ruptura de algún tipo... -. En ese caso piensas que te verás sumido/a en una situación terrible de la que serás incapaz de escapar. Pero una lectura de cartas es mucho más completa que eso. En situaciones como las que he descrito, el tarot también nos da la vía de salida, la forma de afrontar el hecho y cómo debemos comportarnos para continuar con nuestra vida.
En resumen, el tarot no sólo pronostica o predice; también orienta en todo los sentidos, te ayuda a caminar y te acompaña en esa senda dándote siempre el consejo más acertado para tu situación y tu persona. Por eso, no le tengas miedo jamás. Él puede pasar a convertirse en tu aliado, tu baza, tu muleta para desenvolverte en la vida
¡Atrévete a descubrirlo!
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