Hoy quiero adentrarme en un tema del que hablé en uno de los programas radiofónicos en los que participo, y que generó mucho interés. Es el famoso Cordón de Plata, como la mayoría de las personas lo conoce, o Cordón Energético, y que ha recibido muchas definiciones. Por un lado se habla de que es el comunicador entre lo que percibimos con nuestros cinco sentidos y lo que existe realmente en el plano físico en el que nos movemos. También se alude a que es parecido a un sintonizador de radio mediante el cual recibimos toda la información de otros planos. Son numerosas las formas de describirlo, pero lo que sí está claro es que el Cordón de Plata es, realmente, nuestro cordón umbilical espiritual. Es ese hilo de energía que nos enlaza con el otro mundo, con la parte divina de nuestro ser.
Los estudiosos de este tema suelen describirlo como una especie de hilo muy elástico y largo, de unos 2 centímetros y medio de ancho, y con varios puntos de anclaje en el cuerpo físico. Es como si fuese un “cable elástico de luz”. Dicen que tiene un tono plateado - de ahí el nombre que recibe -, porque está compuesto por partículas de todos los colores vibrando a una frecuencia muy alta. Esas diferentes tonalidades parecen mezclarse hasta producir un único color predominante, el plateado.
En el plano astrofísico, el Cordón de Plata es una masa de moléculas que vibra a una velocidad altísima, semejando ese hilo tan elástico que comentaba, y que permite al cuerpo astral separarse del físico. Como este cordón tiene un carácter flexible, hace posible que el cuerpo astral tenga un movimiento ilimitado dentro de los diferentes planos astrales sin llegar nunca a desprenderse. De ahí que nos mantengamos siempre unidos a nuestro cuerpo físico. Existe cierta controversia entre los investigadores y las personas que se proyectan astralmente respecto al punto de conexión de dicho cordón con nuestro cuerpo físico. Algunos dicen que se sitúa en el plexo solar, y otros afirman que el punto de contacto es en el interior de la cabeza.
Realmente, el Cordón de Plata son una serie de filamentos energéticos embutidos por toda la parte interna del cuerpo físico, y que se exteriorizan desde puntos diferentes. Su conexión principal está en la cabeza, que es la sede del cuerpo mental, y desde la que se produce la ruptura final cuando morimos. En la base del cráneo se agrupan una cantidad enorme de filamentos nerviosos, entrelazados a través de la materia del propio cerebro, y que se pueden considerar como un panel controlador del sistema telegráfico de los nervios y músculos del cuerpo. A partir de ahí, el cordón reúne los filamentos que terminan en el cerebro en un cable eléctrico, que está ligado a la fontanela de la coronilla. Cuando nuestro espíritu se proyecta, esos filamentos se distienden y unen a la vez, formando un haz de energía que une los dos cuerpos. Podría decirse que son mini-cordones que se juntan en uno solo. Es a través de ese centro en la coronilla por donde normalmente la conciencia deja el cuerpo humano, parcialmente en el sueño o la meditación, y completamente en la muerte.
Sin embargo, el hecho de que esta especie de cuerda invisible se corte al morir, no quiere decir que también se corte al experimentar un viaje astral o tener experiencias cercanas a la muerte. En este caso, por ejemplo en las ECMs, el cordón puede llegar a extenderse hasta el punto de no retorno, y es a partir de allí donde la persona empieza a tener visiones simbólicas.
Los astrofísicos opinan que cuando el cuerpo astral se separa del cuerpo físico temporalmente (por lo general al dormir o realizar un viaje astral voluntario o involuntario), ambos continúan unidos a través de este cordón. Los iniciados en los viajes astrales, lo que ya han experimentado mucho con este tema, saben que pueden trasladar el cuerpo astral a grandes distancias mientras el cuerpo físico reposa aparentemente dormido.
Al viajar en el astral (aspecto que la conciencia se puede permitir al no estar condicionada por el espacio ni el tiempo), parece que nos separamos de nuestro cuerpo físico temporalmente, pero lo que en realidad hacemos es flotar desde el extremo del Cordón de Plata a enorme altura sobre el cuerpo. Cuando el viaje termina y nuestro cuerpo físico necesita su parte del astral para retornar a la normalidad, tira hacia abajo del Cordón y regresamos de inmediato. Sin embargo, cuando una persona fallece, este cordón se debilita hasta romperse. Es a partir de ahí cuando permite que el espíritu de la persona viaje a su nueva dimensión.
Algunas personas que se proyectan astralmente afirman que el cordón de plata no existe, que nunca lo han visto en sus proyecciones. En realidad lo que sucede es que, a veces, la densidad del cordón es tan sutil que se hace invisible e intangible para el propio proyector. Además de eso, si la persona que realiza el viaje astral está proyectado, o sea, está viajando a gran distancia de su cuerpo físico, todavía tiene más dificultad para percibirlo.
No obstante, la mayor parte de personas que se proyectan astralmente han asegurado haber visto e incluso tocado extra-físicamente el cordón de plata. Además, tenemos el testimonio de muchos clarividentes que, en plena vigilia física, han visto el cordón adherido al cuerpo físico del espíritu que se les aparecía en aquel instante. E incluso existen también informaciones transmitidas a través de la psicografía y la psicofonía por los espíritus desencarnados, y que contienen informaciones pormenorizadas del funcionamiento de este cordón.
Si alguna vez tenéis dudas acerca del Cordón de Plata, intentad realizar un viaje astral. Os aseguro que os sorprenderéis más de lo que esperabais.
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