Hace tiempo que quería abordar este tema, dadas las continuas referencias a él que me hacen muchas personas que me escriben. A pesar de ser algo que no se produce con frecuencia, a menudo me encuentro con personas que han vivido una aparición de este tipo. Incluso en ocasiones, nosotros mismos hemos sido testigos de ese fenómeno paranormal. Y es que las apariciones de fantasmas son el fenómeno que se produce con más frecuencia, siempre dentro de este tipo de situaciones poco normales.
En España, este asunto ha sido investigado por el Centro de Investigaciones Sociológicas – quizá de forma demasiado superficial todavía -. Según dichos estudios, en 2010 más del 30% de los españoles creían en la existencia de fantasmas. Esto puede deberse a una tradición religiosa católica heredada de muchos siglos atrás y que niega dichos fenómenos. Sin embargo, la creencia parece ir en aumento. En otros países, como Estados Unidos, el porcentaje de personas que cree en dichos fenómenos aumenta enormemente día a día. Según una encuesta realizada en el 2002 para el Huffington Post, el 45% de los americanos creía en fantasmas. Tal vez el porcentaje haya aumentado, aunque de momento no constan datos al respecto.
¿Qué implica la palabra “fantasma” o “fantasmogénesis”?
Sin lugar a dudas, con estos términos se hace referencia a todas las representaciones visuales, acústicas o táctiles del cuerpo no físico de una persona fallecida. Digamos que es lo que popularmente se conoce como espíritu o alma de una persona difunta. Quienes dicen haberlos visto, los describen como siluetas o sombras monocromas, normalmente en tonos oscuros, o bien de aspecto blanquecino y que aparecen casi siempre difuminadas. La forma que presentan suele asemejarse a la humana, aunque es muy habitual que no se vean completas, o no tengan rasgos definidos ni rostro. Como norma general, dichas figuras flotan en el aire, y cuando se mueven parecen sombras etéreas.
El porqué de estas apariciones en el mundo de los vivos es un misterio no resuelto todavía. Muchos expertos apuntan la teoría de que, cuando una persona fallecida se manifiesta entre los vivos de una manera perceptible, es porque no ha abandonado su existencia terrena. Es decir, si el alma de un difunto toma una apariencia visible, mueve algún objeto, o produce o emite sonidos, es porque todavía tiene algo que resolver en este plano.
A propósito de la ciencia
Con relación a la teoría anterior, personalmente opino que es algo controvertida ya que la ciencia opina que la mayoría de las apariciones clasificadas como fantasmas tienen una explicación científica. Aluden a que, cuando alguien afirma haber visto un fantasma, puede haber tenido un fallo cerebral a causa del cansancio y estrés. La ciencia opina que ese es el motivo por el cual no se ven fantasmas nada más llegar a un lugar donde ha habido apariciones anteriormente. Los científicos deducen que, cuando queremos verlos con mucha tenacidad, dicha tensión nos genera un estado de ansiedad y cansancio que nos hace ver lo que deseamos.
Otra explicación científica para este fenómeno es que esas visiones son provocadas por trastornos del sueño. Bajo su punto de vista, consideran que una parálisis del sueño podría provocar que una persona creyera estar viendo un fantasma. Ya sabéis que este trastorno se produce cuando ya has despertado pero tu cuerpo sigue paralizado como si continuaras dormido. En ese momento se pueden producir alucinaciones. Por eso, los científicos creen que los fantasmas que vemos cuando estamos dormidos son alucinaciones provocadas por dicho fenómeno onírico.
¿Qué opinan sus defensores?
Pero analicemos ahora otras opiniones. Por ejemplo, la de los defensores de la existencia de fantasmas. Estos consideran que existen demasiados testimonios de personas que han visto uno de estos fenómenos, y en parte estoy de acuerdo con ellos. Opinan que si dicho fenómeno se ha producido en zonas muy alejadas entre sí a lo largo del mundo, no puede ser producto de la mente humana. Es decir, imaginemos que una persona ha visto en España el fantasma de una persona que ha fallecido en Mexico. Todos los hechos, una vez comprobados, demuestran que su visión fue totalmente acertada en el tiempo y el espacio. Por ello, se puede suponer que es algo más que una simple fantasía.
Para reforzar esta idea, es bueno conocer que también desde el principio de los tiempos el hombre ha creído en la existencia de fantasmas. Ya en los primeros textos sumerios que se conservan se hace referencia a los fantasmas, como por ejemplo en la famosa Epopeya de Gilgamesh, donde se narra como el fantasma Endikú se presentó ante el propio Gilgamesh.
Como sabéis, me gusta hacer referencia a todos los testimonios de la antigüedad que se hayan podido recoger, y por eso menciono también a egipcios, griegos y romanos. Todas estas civilizaciones creyeros en fantasmas, y en sus culturas han existido personas con cualidades especiales, y capaces de verlos y comunicarse con ellos. Médiums, ashanes, chamanes… numerosos testimonios recogidos en escritos dan fe de ello.
¿Cuál es el origen de los fantasmas?
No cabe duda de que la tecnología ha ayudado mucho para que esta fenomenología haya podido ser detectada de manera más fiable. Los nuevos avances tecnológicos han hecho que muchos investigadores de lo oculto hayan querido demostrar la existencia de los fantasmas, y contactar con ellos mediante diferentes medios.
Existen numerosas formas de realizar este trabajo: grabaciones en cintas de cassete (el método más primitivo dentro de la ciencia), utilizando los mp3, o incluso otras fuentes de sonido. Con todo ello se han obtenido lo que se viene a denominar psicofonías y psicoimágenes. Estas últimas son imágenes más o menos nítidas de fantasmas, obtenidas con ordenadores, receptores de radio o monitores de televisión. No obstante, y pese a los testimonios captados, la comunidad científica y gran parte de la sociedad continúa sin creer en fantasmas.
Ante esta negatividad, los que creemos en este fenómeno aludimos a que el ser humano está formado por dos cuerpos: el físico y el etéreo o astral. Este último engloba a la mente, los sentimientos y el espíritu humanos. Hoy se sabe que, cuando una persona fallece, el cuerpo físico pierde unos 150 gramos. Muchos presuponen que podría tratarse del peso del cuerpo astral, ya que se ha comprobado que esa pérdida de peso es común y muy similar en todos los fallecidos. Pero como la ciencia todavía no ha podido demostrar la causa de dicha pérdida de peso – por ejemplo, pérdida de volumen de aire en los pulmones o fluidos corporales -, muchas preguntas quedan en el aire.
Algunas teorías
Tengo el firme convencimiento de que el cuerpo astral puede «despedirse» de sus seres queridos y recorrer el mundo físico, como también volver a los hechos que experimentó en vida. Por eso, si le ha quedado algún conflicto por resolver, o alguien de quien despedirse, el cuerpo astral se queda en este mundo. ¿Adoptando qué forma? Es una teoría, pero bien pudiera ser la de una entidad fantasmal.
Lo que está claro es que, una vez que hace lo que tenía pendiente, su cuerpo espiritual asciende a una dimensión luminosa. Esta dimensión es la que se vislumbra en los viajes astrales y en las experiencias pre-muerte. A partir de ahí, el cuerpo astral se desprende de sus partes mental y emocional, que son las que forman lo que se conoce como fantasma o espíritu desencarnado. Al no tener ya su espíritu esencial, que ha ascendido a la dimensión luminosa, comienza a desgastarse y desaparece.
¿A qué se deben las apariciones fantasmales?
El fantasma puede pensar, recordar, manifestarse y actuar en nuestro mundo físico. ¿Y cómo puede hacerlo? El mejor medio son un médium, una casa encantada o una persona sensible. Lo que está claro es que, cuando se manifiesta de algún modo, es porque le ha quedado algo pendiente: cumplir una promesa, instruir o inspirar a un ser humano vivo, o conseguir a través de los vivos lo que no puede conseguir como muerto.
En ese ciclo evolutivo llega un momento en que el cuerpo mental se despega del cuerpo emocional y se reúne con el cuerpo espiritual, ya sea para vivir en el más allá como para renacer en la Tierra. De esa manera, deja ya al cuerpo emocional solo, y este se convierte, al perder la capacidad de pensar y razonar, en un fantasma emocional. Esto nos indica que sólo actúa por deseos y emociones, y sin saber qué hacer ni lo que desea de verdad. Por eso, dependiendo de sus emociones, actuará para bien o para mal sobre los seres vivos. A veces sólo se dedica a vagar e impresionar a las personas sensibles, pero en otras ocasiones llega a causar verdaderos problemas a los vivos.
Como estos fantasmas son los más comunes, las religiones de todos los tiempos han considerado a los fantasmas como seres perversos y malignos, pero no siempre lo son. A veces tan sólo pueden arrastrar una pena eterna, o aferrarse a un lugar del que les resulta imposible liberarse.
Os aconsejo que no dejéis nunca de creer en estas apariciones. Aparte del mito que pueden suponer para muchos, tienen bastante de realidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario